Diario:
¿Y si no puedo escribir un diario? Es que nadie, ni usted me puede obligar a hacerlo. Es injusto. Quizá mi escritura dependa de mi ánimo, es más, no es quizá, es así. No pienso escribir sobre algo que viví. No estoy dispuesta a que usted señor se entere que hoy me levanté a las cinco de la mañana a trotar, que fue mi primer día y que me di cuenta que hay gente con mejor estado físico que yo. Que he peleado con mi hermana, que no me he bañado porque a una empresa que manda en mi ciudad, se le dio por quitar el servicio de agua, que hay miles de personas protestando por un suelo que les vale más que esta vida y la otra, que las Farc, el Papa, Zucardi, en fin. Sepa usted que me ha tenido todo el día pensando en qué escribir. Me rehúso a buscar y pensar una forma adecuada para escribírselo, tengo tantas y muchas cosas por contar que usted me frena con la obligación, eso es un límite y así no se puede, usted es poeta y sabe que las letras cuando quieren exigen el papel, pero el papel no al revés.
EL ILUSTRE MENSAJE:
A medida que caía la noche y el sereno se hacia mas profundo; cinco sentires se unificaban para poder plasmar en el lienzo de aquella oscuridad, lo mas penetrante e impactante del sabor agridulce que brotaban las lagrimas, que suaves y leves florecían para dejar escapar esa conmoción que a todos agobiaba.
un tono fuerte pero afectuoso nos recalcaba el ilustre mensaje que por vez primera pude comprender en esa opacidad. Pudimos percibir que nada fue vago y que el objetivo estaba claro para cada uno de los mundos presentes; el tono el sentir y el ilustre mensaje quedaron atados a cada uno de los mundos como una marca intachable , un lazo el cual quedara aislado de cualquier obstáculo.
REVIVE:
Muchos temen a la muerte sin saber cuántas veces han muerto, tal vez esto ha ocurrido más de lo que ellos imaginan. Es tan sencillo, es la regla, mueres y luego revives. Cada problema, cada dolor, cada caída, cada sufrimiento te conduce a una muerte. Cada error aprendido, cada lágrima ahorrada, cada levantada y cada auto-regulación es el camino a la nueva vida.
La esencia está en saber revivir, en cuestionarse a sí mismo, dejar pasar muchas y tantas cosas, aprovechar los momentos, reír de la nada, llorar de lo bello, en saber que nada y todo importa, y que sin más, por más que se evite, al final de cada proceso moriremos. Y aunque llegues a vivir consiente de tus actos por una u otra razón, la tristeza siempre estará presente, para recordarte que no eres tan grande como parece y que siempre necesitarás de alguien del cual no deberás esperar nada a cambio y si así lo haces, sabrás que morirás una vez más.
ACTUAR O SENTIR
Siempre nos preocupamos por cómo actuar, y más que eso, caemos en excusas de valores o miedos, cuando en realidad solo nos preocupa el qué dirán de nuestras acciones. Estés bien o mal solo valen sentimientos que evaporan de tu piel y difícilmente podrás contenerte. Decir No, no es siempre una buena opción cuando el destino y la situación solo te conducen a ello.
Decisiones a tomar resultan intentos vagos, cuando todo conspira para que sin pensarlo actúes, por eso se puede perder objetividad. Tus sentimientos se imponen a la razón; en un suspiro estará hecho y te preguntaras ¿Cómo ha sucedido? Entonces valdrá cuestionarse el actuar o el sentir ¿Quedarse sin saber que pudo haber pasado o quedar con la satisfacción de lo que en verdad deseabas?
Aquellos Ojos Musurrantes
Y sintió llorando aquel día, en que la tarde se dormía y se levantaba la noche; Que era mejor callar para no alarmar, que era mejor disimular que demostrar y que era mejor olvidar para no recordar lo duro que seria el día a día de hay al futuro. Los ojos que en su mente labrados yacían penetrantes y susurradores que constantemente le decían: el viento que apaga tu vela se ha acercado; y con esto la luz se ha agotado. Sintió llorando que era mejor levantar que ocultar, que era hora de volar sin despegar y soñar en un lugar donde no pueda callar, alarmar y donde el futuro fuera su presente, donde no ocultara la felicidad de ser el .
Y fue así que volando y soñando, pudo liberarse de esos ojos murmurantes que tanto sintió y lloro aquel día, en que la tarde se dormía y se levantaba la noche.
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